Este martes Katy Perry fue fotografiada en Hawái, donde disfruta desde hace un par de semanas de unas vacaciones con el actor Orlando Bloom y la hija que ambos tienen en común.
Lo que llamó la atención es que Katy apareció luciendo una alianza de oro en el dedo anular de la mano izquierda que encendió las alarmas acerca de una posible boda que los supuestos novios habrían logrado mantener en secreto.
En realidad, la pareja lleva comprometida desde principios de 2019, pero sus respectivas carreras profesionales y la llegada al mundo de su hija Daisy el verano pasado les han mantenido muy ocupados.
Los dos han estado casados anteriormente -ella con el humorista Russell Brand y él con la modelo Miranda Kerr, con quien tiene un hijo de diez años llamado Flynn- y la estrella del pop ha dejado claro en varias ocasiones que no le emociona demasiado la idea de que su gran día sea un evento por todo lo alto.
Sus planes, si es que nos los ha llevado a cabo aún, pasarían por organizar una ceremonia íntima en la que reunir a sus seres queridos.
Por otra parte, Katy reaccionó recientemente a los rumores de que habría aplazado su enlace.
Ella afirma en que seleccionó la fecha cinco días después de que Orlando le propusiera matrimonio coincidiendo con el día de San Valentín y que nunca se le ha pasado por la cabeza cambiarla.