El prototipo parece un coche real, pero cuenta con alas que le permiten transformarse en avión y echar a volar.
Cuando hablamos de coches voladores, normalmente nos referimos a vehículos que se mueven usando la tecnología dron. Pero con tantas décadas de literatura y cine de ciencia ficción, es imposible leer ‘coche volador’ y no pensar en un automóvil clásico con 4 ruedas que de repente le salen alas, o se eleva y gira sus ruedas, echando a volar.
Y así es el AirCar, que más que un dron gigante parece el coche de un villano de James Bond de los 70-80.
AirCar, el coche volador ‘transformer’
¿Qué pasaría si un Bugatti Veyron y una avioneta Cesna 172 tuviesen un hijo? El resultado sería el AirCar, un vehículo de 4 ruedas que puede ir por la carretera, meterse en un aeropuerto y despegar como un avión. Creado por la compañía Klein Vision, el AirCar vale “menos de 2 millones de euros“, y su prototipo ha pasado de la mesa de diseño a los cielos en un par de años.
El híbrido de coche y aeronave está equipado con un motor BMW y funciona con gasolina normal. Su creador, el profesor Stefan Klein, dijo que podía volar unos 1.000 km, a una altura de 2.500 m, y que hasta ahora ha estado un total de 40 horas en el aire.
Un vuelo de 35 minutos
Pero, ¿cómo pasa de la carretera al cielo y viceversa? El AirCar tarda una media de 2 minutos y 15 segundos en transformarse de coche a avión. Las estrechas alas se pliegan a lo largo de los laterales del coche para el modo conducción, y se despliegan para el modo pilotaje.
En su prueba más reciente, el AirCar llegó por carretera, conducido por su creador, al aeropuerto internacional de Nitra, Eslovaquia. Se metió en una de las pistas, desplegó sus alas y despegó hacia el aeropuerto internacional de Bratislava, también en Eslovaquia y a 80 kilómetros de distancia.
El vuelo duró unos 35 minutos, y el vehículo alcanzó una velocidad de crucero de 170 km/h. El AirCar puede transportar a dos personas, con un límite de peso combinado de 200 kg. Pero, a diferencia de los prototipos de taxi-drones y vehículos VTOL que vemos en la actualidad, no puede despegar ni aterrizar verticalmente, y necesita por tanto una pista de aterrizaje como un avión convencional.
Redacción | Fercho Rios
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