En 2018 Demi Lovato sufrió una grave sobredosis que estuvo a punto de costarle la vida y que le ha dejado secuelas cerebrales.
Irónicamente, dice, las drogas contribuyeron de algún modo a salvarla porque eran lo único que le ayudaba a lidiar con los trastornos alimenticios y los pensamientos suicidas que experimentó durante muchos años.
"Al igual que casi me matan, también fueron mi tabla de salvación en ocasiones, porque hubo momentos en los que tuve que lidiar con tendencias suicidas.
"Y de haber seguido por ese camino, en vez de recurrir a otro mecanismo de autodestrucción, no estaría aquí contando mi historia. Recurrí a ellas para afrontar el dolor que estaba sintiendo porque no quería morir y no sabía qué otra cosa podía hacer", reveló en el podcast Yeah No, I'm Not Okay .
Casi tres años después de aquella sobredosis, Demi Lovato se ha jurado que nunca más volverá a recaer en las drogas porque sabe que, por muy útiles que le resultaran para silenciar temporalmente sus demonios interiores, a largo plazo suponían una condena.
"Lo hice lo mejor que pude y que supe, y ahora tengo otras maneras de lidiar con mis emociones y más herramientas a mi alcance para no tener que volver a recurrir a esos patrones de comportamiento", afirmó.
Luego de la sobredosis, Demi Lovato volvió a los escenarios por todo lo alto en la gala de los Grammy de 2019 y entonando el himno de Estados Unidos en el Super Bowl de 2020.
Próximamente también estrenará un documental en YouTube titulado "Dancing with the devil", en el cual habla sobre lo que sucedió la noche en que la encontraron inconsciente y los médicos aseguraron a su familia que no viviría para contarlo.
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