Selena Gómez se sinceró y admitió que su lucha contra el trastorno bipolar que padece no ha sido nada fácil.
Recientemente, Selena Gómez abrió su corazón y habló con sinceridad sobre su lucha contra el trastorno bipolar, admitiendo que llegó a pensar en quitarse la vida antes de buscar ayuda en diferentes centros de rehabilitación.
En entrevista para la revista The Rolling Stone, la cantante confesó que ha estado en cuatro centros de rehabilitación por su enfermedad desde hace 10 años, pues sentía que ya no tenía control de sus emociones.
“Voy a ser muy abierto con todos sobre esto: he estado en cuatro centros de tratamiento. Creo que cuando comencé a cumplir los 20 años fue cuando comenzó a oscurecerse mucho, cuando comencé a sentir que no tenía el control de lo que sentía, ya fuera realmente bueno o realmente malo”, expresó.
Asimismo, señaló que pasó por una de sus peores crisis cuando tenía 25 años, ya que se dio cuenta que no había cumplido gran parte de sus sueños mientras que los demás estaban “viviendo vidas plenas”.
“Crecí pensando que me casaría a los 25. Me destrozó que no estaba ni cerca de eso, no podría estar más lejos de eso. Fue tan estúpido, pero realmente pensé que mi mundo había terminado. Nunca encajé con un grupo genial de chicas que eran celebridades. Mi único amigo en la industria realmente es Taylor (Swift), así que recuerdo sentir que no pertenecía”, manifestó.
La ex estrella de Disney reveló que había veces en las que se sentía tan cansada que no podía realizar ni las actividades más sencillas sin cansarse: “A veces eran semanas en las que estaba en la cama, hasta el punto de que incluso bajar las escaleras me dejaba sin aliento”, apuntó.
Aunque sus amigos intentaron ayudarla, Selena enfatizó en que en ese momento no sabían lo que estaba pasando: “No quería que nadie me hablara. Mis amigos me traían comida porque me amaban, pero ninguno de nosotros sabía qué era”, dijo.
A pesar de que nunca intentó quitarse la vida, reconoció que llegó a considerarlo seriamente, pues pensaba que “el mundo sería mejor” si ella no existiera.
Tras ser diagnosticada con trastorno bipolar, la también actriz empezó a tomar medicamentos para tratar de controlarlo, sin embargo, no ayudaron mucho. Fue en aquel entonces que conoció a un psiquiatra que la ayudó.
“Él realmente me guio, pero tuve que desintoxicarme, esencialmente, de los medicamentos que estaba tomando. Tuve que aprender a recordar ciertas palabras. Olvidaría dónde estaba cuando hablábamos. Me costó mucho trabajo aceptar que era bipolar y aprender a lidiar con eso porque no iba a desaparecer”, concluyó.
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